miércoles, 8 de abril de 2009

Mentiras

Joanna una joven de 16 años, de tez blanca pero no pálida, unos ojos azules como el cielo (antes de la contaminación claro está), una nariz pequeña y fina que complementaba esos labios rosados y pequeños su complexión era delgada.

Ella se encontraba sentada aquella tarde sobre aquel pequeño jardín donde muchas veces había imaginado mil y un futuros distintos donde cada uno tenía sus ventajas y desventajas, donde había soñado que nunca se apartaría de aquel príncipe de sus sueños, donde había dejado suspiros de incontrolable amor por él, ese era el sitio donde ella siempre deseo que todo fuera perfecto.

Esa tarde marco el punto de partida, desde aquel jardín se podía ver el camino pedregoso y lleno de arbustos que lo decoraban, por el que recorría aquel joven al que ella tanto añoraba entre sus brazos y que nunca había podido experimentarlo, pero ese día tenía un tono raro, se sentía como esas veces que algo no parecía ser normal, parecía ser irreal.

A lo lejos se veía un enorme ramo de rosas, que se alzaba de entre los arbustos, ella solo sonreía con gran emoción, ella deseaba ese ramo, sus manos empezaron a sudar, sus ojos se cerraron y se dispuso a aspirar profundamente para poder alcanzar a recibir el aroma de los pétalos desde donde ella se encontraba, cuando volvió a abrir los ojos casi se fue de espalda.

Dante es su nombre, tiene 18 años, sus ojos son rasgados y color miel, su nariz es afilada, sus labios son carnosos y rojos, su complexión es robusta, y su tez es morena.

El se encontraba de frente sonriendo mientras la observaba como ella intentaba retener lo más que pudiera el aroma de las rosas, cuando ella abrió sus ojos el extendió el ramo y le dijo – Toma, esto te pertenece a ti- acto seguido el se tumbo de espaldas y respiro profundamente.

Continuara…